18deSeptiembre2009
Adoraba estar en ese lugar. Sentarme en las raíces de ese árbol, poder sentir el aroma de la naturaleza, escuchar la vida por doquier, sentir los rayos del sol pegar mi piel y ver como la brisa removía mis cabellos. Todo eso sumado a la tranquilidad que emanaba ese pequeño espacio donde pasaba mi tiempo era simplemente perfecto.
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