Sabia que estaba en una decisión errónea, era más que seguro que todo iba a terminar mal. Pero si no lo hacia, por más que quisiera, perdería un amigo, un confidente, un conocido. Así que tomé valor y corrí hacia él, desesperada de que ya sea tarde.
Le tomé de la mano y lo miré a los ojos- te amo- susurré y supe que ya no debía preocuparme por nada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario